Lucio Apuleyo
Apuleyo (Madaura, 123/5-m. en torno a 180), a veces llamado Lucio Apuleyo —si bien el praenomen Lucio se toma del protagonista de una de sus obras, El asno de oro—, fue el escritor romano más importante del siglo II, muy admirado tanto en vida como por la posteridad. Posiblemente un bereber muy romanizado, nació en Madaura, ciudad romana de Numidia en la frontera con Getulia, en la actualidad conocida como M'Daourouch (en Argelia). En su tiempo fue una zona relativamente alejada de los principales centros culturales de la latinidad, radicados en Italia, aunque su desarrollo urbano y económico permitieron que, hacia el siglo II, importantes intelectuales y políticos romanos procedieran de la zona.
El padre de Apuleyo era un magistrado provincial que, de acuerdo con una inscripción hallada en el lugar, alcanzó el rango de alcalde de Madaura. De él heredó una cuantiosa fortuna, la cual consistía en un millón de sestercios para él y otro millón para su hermano. Tal cantidad era la necesaria para ingresar en el Senado romano en la época. Apuleyo estudió primero en Cartago, donde conoció las retóricas griega y latina, y luego en Atenas, donde, entre otras materias, se familiarizó con la filosofía platónica.
Se le recuerda por sus Metamorfosis, novela alegórica y picaresca, también conocida como El asno de oro. No se tiene la certeza de que Lucio haya sido su nombre: fue a partir del personaje homónimo de la novela que se le comenzó a atribuir. Si bien está considerado como uno de los pocos escritores originales del siglo II, existe un antecedente de esta novela, Lucio o el asno, de origen griego, atribuida a Luciano de Samosata. En tal obra el protagonista tiene el mismo nombre y, aunque mucho menos elaborada y extensa, algunas de las aventuras narradas son parecidas. No obstante, existe una cierta ambigüedad en cuanto a la datación de esta obra, que pudiera ser una reelaboración posterior en griego; en todo caso, son obras que aparecen por la misma época.
Hombre deseoso de conocimientos, Apuleyo se interesó, además de por la filosofía, por la religión, la ciencia y la retórica. Tras ser iniciado en el culto de Isis, marchó a Roma a estudiar retórica. Más adelante, se dedicó a recorrer Asia Menor y Egipto para continuar sus estudios de filosofía y religión.
Hacia 156-158, en el camino de Cartago a Egipto, paró en Oea (actual Trípoli), donde realizó una declamación pública en una basílica. Luego casó con una muy adinerada viuda de la localidad. Fue acusado entonces de usar la magia para conseguir los favores y riquezas de la viuda Pudentila; acusaciones provenientes de la familia de ésta. En su defensa declamó y publicó un agudo discurso, la Apología pro se liber, ante el procónsul de África, Claudio Máximo, y los magistrados de la ciudad de Sabratha, en la Tripolitania.
Triunfante en su discurso, se fue a vivir con Pudentila a una villa de ella a las afueras de Oea. La viuda poseía en el momento unos cuatro millones de sestercios y ya había otorgado a sus hijos vastos campos fértiles, cuatrocientos esclavos, enormes viviendas y mucho vino, trigo y aceitunas. Habitaron fuera de la ciudad para evitar dar la cantidad de cincuenta mil sestercios por el matrimonio de uno de los hijos de Pudentila. Tal hijo se convirtió en enemigo de Apuleyo, aunque este ya lo había recomendado al procónsul como abogado (se había educado en Roma y Atenas). Apuleyo refiere que, sin embargo, el susodicho se abandonó al vicio pasándose todo el tiempo con los gladiadores y no queriendo hablar latín, sino púnico. Las relaciones de estos hechos realizadas por el escritor nos refieren las riquezas y vida cotidiana de los adinerados norteafricanos en la época imperial.